viernes, 4 de abril de 2008

LOS TIBURONES

El archiconocido pez cartilaginoso que ha sido generador de miedos, de historias nunca comprobables, de difamación gratuita, es el motivo de este posteo.

Si algo viene a la cabeza de alguien que por algún motivo se encuentra a la deriva en aguas desconocidas, es el deseo interno de que no haya presencia de alguno de estos multidentados marinos.

La tarjeta de presentación de este pez es su conocida aleta. Cuando esta se eleva por sobre la superficie acuática, significa que lo que podía ser una intuición o un presentimiento, se hace realidad.
Es que, NADIE PUEDE SABER SI HAY TIBURONES, HASTA QUE SE VEN LAS ALETAS.

Y eso sucede a veces en nuestro diario vivir. Diversos predadores andan buscando comida fácil. Y suelen pasar tan cerca nuestro, que casi ni nos damos cuenta de ello.

Los tiburones viven en un medio que el humano sólo puede visitar: el agua. Además de respirar, allí pueden ver, oír y hasta sentir la proximidad de un posible alimento.
Algunos tiburones tienen que nadar constantemente para sobrevivir, mientras que otros pueden quedarse inmóviles en el fondo.

En el invisible mundo espiritual que nos rodea, la presencia del devorador de almas esta patrocinada por el desconocimiento y la ignorancia.
Como no se ven sus aletas, parece que no estuvieran. Pero sin embargo, andan dando vueltas usando la distracción de sus víctimas como plataforma de sus logros.

La Biblia al devorador, no le dice tiburón. Le llama león rugiente.
También dice que Dios puede cerrar la boca de ese tipo de leones.

El relato bíblico habla de Daniel puesto en un foso de leones hambrientos para ser devorado, y recibiendo repentinamente la visita celestial que impidió que esos mamíferos se hicieran un festival con el joven hebreo.
¿Y si esto hubiera sucedido en un foso con agua salada? ¿Y si en vez de leones, fueran tiburones?
¿Podría la Presencia divina cerrar esas mandíbulas llenas de dientes?
Yo creo que si.

Cada día salimos a las aguas profundas de la sociedad en la que vivimos.
Cada día enfrentamos la posibilidad de un posible ataque.
Cada día puede traer distracción, desgano, "quemeimportitis"*, un verdadero caldo de cultivo para el avance sorpresivo del agresor.

Pero la misma ceguera que impide ver las aletas del escualo, nos imposibilitan de ver la ayuda que esta disponible a nuestro favor. Algo así como una custodia de seguridad para protegernos.
La historia siguiente relata de mejor manera, lo que trato de decirte. Fijate:

Surfer Todd Endris necesitaba un milagro, El tiburón blanco -que apareció de la nada- lo había atacado 3 veces, rasgando la piel de su espalda y destrozando hasta el hueso su pierna derecha.
Fue ahí cuando un grupo de delfines "nariz de botella" intervinieron formando un anillo protector alrededor de Endris, permitiéndole así llegar a la orilla donde los primeros auxilios prestados por un amigo le salvaron la vida. "Realmente un milagro!" contaba el entrevistado Endris.
El ataque ocurrió el martes 28 de agosto a las 11am en Marina State Park off Monterrey, California, donde el propietario del Monterey Aquarium Services (servicios de Acuario Monterey) había ido con amigos por un día del deporte al cual aman. Cerca de cuatro meses después, Endris, quien todavía está bajo terapia para reparar el daño muscular sufrido durante el ataque, está devuelta en el agua y con su tabla en el mismo sitio donde casi perdió la vida.
"Apareció de la nada, no hubo aviso ninguno"

"Tal vez lo vi un cuarto de segundo antes que me golpeara. Pero no hubo aviso. Era simplemente un tiburón gigante" decía Endris. "Es una demostración del perfecto depredador que realmente son."
El tiburón, estimado de 4,5 metros de largo, lo atacó primero cuando estaba sentado sobre su tabla, pero no pudo poner su mandíbula en ambos surfista y tabla, pero en la segunda embestida agarró mi torso y la tabla con su boca como si fuera un sandwich. El ataque destrozó su espalda, pelando literalmente la piel "como una banana" contaba. Pero el estómago de Endris estaba presionado sobre la tabla, sus intestinos y órganos internos estaban protegidos.La tercera vez el tiburón trató de tragar su pierna derecha, lo cual Endris dijo que era una buena cosa, porque mientras lo agarraba el pateaba la cabeza del tiburón hasta que lo soltó.
Los delfines que habían estado jugueteando durante el surf, aparecieron y rodearon a Endris manteniendo al tiburón al margen permitiéndole a Endris subir a su tabla y tomar una ola hasta la orilla..
Nuestros amigos de aletas.Nadie sabe por qué los delfines protegen a los humanos, pero historias de los mamiferos marinos rescatando humanos se remontan a la antigua grecia, según la Whale and Dolphin Conservation Society (Sociedad de conservación de Ballena y Delfín). Hace un año en Nueva Zelanda, el grupo reportó a cuatro salvavidas que fueron salvados de tiburones de la misma forma que fue salvado Endris, formando un círculo protector a su alredor.

Fuente:http://animales.ecouy.com/articulos/delfines_salvan_a_surfista_atacado_por_tiburon_blanco.htm

Así que, animate. Para cuando hay un agresor, hay siete veces mas, defensores.
Porque mas son los que están con nosotros que los que están con ellos, como le dijo el profeta Eliseo de Israel a su criado, rodeado de un ejercito hostil.
Solo que no te permitas la distracción o el subestimar a los tiburones, para no caer en sus mandíbulas.

Hasta pronto.
El cielo gobierna

*quemeimportitis: infección en la glándula quemeimporta, generando como consecuencia, apatía, indiferencia, abandono de proyectos y muchas cosas mas que se están tratando de comprobar.

1 comentario:

Marijo Hooft dijo...

Ja, ja, eso de la "quemeimportitis" está bueno. Tu artículo es tan cierto como que hemos llegado a un punto en el que muchas veces nos olvidamos que el enenmigo está alrededor. Hace un tiempo veíamos tiburones en todas partes y ultimamente solo los vemos cuadno están lo suficientemente cerca como para mordernos.

¡Saludos y bendis!