viernes, 23 de noviembre de 2007

Dios no es dios de confusión, sino de paz.

"Acción de tomar o hacer una cosa por equivocación" así define el diccionario al vocablo CONFUSIÓN.
Muchas veces nos ha pasado de equivocarnos de persona al saludar o al hablar y enseguida nos disculpamos con una frase mas o menos así: "Huy, perdón. Me confundí"
La confusión, como muchas otras cosas, tiene consecuencias. Así se ve reflejado en esta noticia publicada:
Los médicos confundieron su nombre con el de otro paciente.
Le operaron dos semanas después de lo previsto.
Mientras, al que tenían que operar de la rodilla, ahora se encuentra con medio cuerpo paralizado por la intervención errónea en su cerebro.

El joven tanzano que fue intervenido en la rodilla cuando le tenían que extirpar un tumor en el cerebro, ha fallecido pocas horas después de ser operado, dos semanas más tarde de lo previsto por un tremendo error de los médicos.
Según la BBC, Los cirujanos del
Hospital Universitario Muhimbili, el más importante de Tanzania, abrieron el cráneo de Emmanuel Didas para extirpar un tumor cerebral inexistente, mientras Emmanuel Mgaya, el que tenía el cáncer, fue operado de la rodilla. Sus nombres habían sido confundidos.
Por su parte, Didas se recupera lentamente de las dos intervenciones, está perfectamente de la rodilla aunque ha quedado parcialmente paralizado, ya que no puede mover correctamente uno de los lados de su cuerpo.
Hospital Muhimbili, en Tanzania, donde los cirujanos abrieron el cerebro a una persona cuando tenían que operar su rodilla.

Terrible, verdad? Que vayas a un lugar, donde supuestamente tienen que solucionar tu problema, o al menos tratarlo, y te vayas peor de como fuiste.

La confusión, genera desconcierto. En ocasiones, donde ha ocurrido un catástrofe o algo inesperado, los protagonistas, a menudo, entran en un estado de desesperación, que les quita la orientación y también los reflejos.
La confusión también te inhibe de tener lucidez para tomar una decisión.
Te retrasa la iniciativa.
El pecado, la falta, te confunde. No te da claridad. Nubla tu visión. Es una incubadora para el desvío.Genera confusión.
Daniel, el profeta, cuando se puso sobre sus hombros el pecado de su pueblo, llego a decirle a Dios: Tuya es la justicia, nuestra la confusión de rostro... a causa de la rebelión contra ti.


Si la confusión te rodea... recordá: "Ninguno de cuantos esperan en Dios será confundido". Esta promesa es para vos y para todos los que sencillamente la puedan creer. Leela en salmo 25:3
Hasta pronto.
Un abrazo.








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